Dimensión Académica
Rosario Valpuesta Fernández fue una mujer con una intensa vida profesional, repleta de registros poliédricos que le otorgan a su existencia una riqueza muy singular. Pero es evidente que la dimensión académica de Rosario Valpuesta, como Catedrática de Derecho Civil y Rectora de la Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla, alcanza una importancia extraordinaria en la reconstrucción de su curso vital, por lo que es necesario comenzar con esta faceta esencial.
Rosario Valpuesta inició su carrera universitaria en la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla, en la que obtuvo el Grado de licenciada en Derecho con la calificación de sobresaliente (1976). Tras los muros seculares de la “Fábrica de Tabacos” escribió su tesis doctoral, dirigida por el Prof. Dr. Ángel M. López y López (Catedrático de Derecho Civil de la misma Universidad), sobre “Los pactos conyugales de separación de hecho: historia y presente”, obteniendo la calificación de sobresaliente cum laude por unanimidad en el acto de su defensa pública, celebrado el 2 de mayo de 1980. Tan sólo dos años después accedió a la categoría de Profesora titular de Universidad y en 1989 obtuvo la condición de Catedrática de Derecho Civil en la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de Huelva, que en aquél momento aún dependía de la Universidad de Sevilla. Posteriormente sería Catedrática en la Universidad de Huelva (1993 a 1997), en la Universidad de Sevilla (1997 a 1999) y, finalmente, en la Universidad Pablo de Olavide (1999 a 2013).
A lo largo de todo ese tiempo la profesora Valpuesta Fernández llevó a cabo una incesante tarea investigadora que se tradujo en la publicación de numerosos artículos, comentarios, monografías, manuales y estudios jurídicos de todo tipo. Probablemente fue en el ámbito del Derecho de Familia donde su actividad resultó más productiva y donde pudo imprimir su sello personal, su dimensión de jurista del siglo XXI, empeñada en la tarea de adaptar el Derecho a la realidad social envolviéndose para ello en la bandera de la libertad personal. En este sentido, su último libro, “La disciplina constitucional de la familia en la experiencia europea” (2012), es el fruto final de una vida empeñada en la reflexión académica en torno al Derecho de Familia, habiéndose ya convertido, a pesar de su corta existencia, en una obra de referencia en este sector del conocimiento.
Pero la inquietud intelectual de Rosario Valpuesta, que iba mucho más allá de los estrictos límites del Derecho de Familia, le condujo a explorar prácticamente todos los ámbitos del Derecho Civil, siendo destacables sus trabajos en torno a la teoría general del contrato, Derecho de obligaciones, arrendamientos urbanos, depósito civil, derecho de propiedad o, entre otros, la protección hipotecaria, materia sumamente compleja en la que supo escribir páginas especialmente lúcidas. Fue además codirectora de uno de los más recientes y completos comentarios al Código civil publicados en el año 2011, y participó en la redacción de los excelentes manuales de Derecho Civil publicados por la editorial Tirant lo Blanch, encargándose expresamente de la coordinación del Manual de Obligaciones y Contratos.
Además de todo ello, los estudios sobre la mujer, la igualdad entre mujeres y hombres, y el pensamiento feminista ocupan un lugar muy destacado en su obra, habiendo publicado numerosos artículos y ensayos al respecto. En este punto habría que subrayar por su importancia el libro “El levantamiento del velo: las mujeres en el Derecho Privado”, que codirigió con la profesora María Paz García Rubio y en el que se recogen las distintas comunicaciones que se presentaron al primer “Congreso sobre la feminización del Derecho privado” (Carmona I), punto de referencia ineludible en los estudios de Género desde la perspectiva del derecho privado.
Pero su aportación a la civilística universitaria no termina ahí. Dirigió un total de nueve tesis doctorales y fue investigadora principal de diferentes proyectos de investigación subvencionados y siempre competitivos que versaron sobre los grandes temas jurídicos y económicos de la actualidad, como el Derecho del Consumo, el Derecho del comercio nacional e internacional o el sistema de protección de los menores de edad. En definitiva, se trataba de una civilista completa y universal, en el pleno sentido de la palabra, que supo dotar a todos sus estudios de una visión moderna en la que siempre tuvo en cuenta el sistema de los derechos fundamentales, la Constitución y, cómo no, el Estado Social de Derecho que ésta consagra.
Por otro lado, la profesora Rosario Valpuesta estuvo muy involucrada, desde un principio, con la gestión universitaria, tarea a la que dedicó una parte importante de su tiempo y en la que contribuyó decididamente a romper las barreras machistas que todavía atenazaban a la universidad española. Efectivamente, fue la primera Vicerrectora de Alumnos de la Universidad de Sevilla (desde 1984 hasta 1986), la Directora del Departamento de Derecho Civil, Derecho Internacional Privado e Historia del Derecho de las Instituciones de la Universidad de Huelva (de 1993 hasta 1997), Rectora-Presidenta de la Comisión Gestora de la Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla (1997-2001), y, finalmente, Rectora de la misma Universidad (2001-2003). Conviene recordar la importancia histórica de estos últimos cargos, ya que se convirtió en la primera mujer en asumir el Rectorado de una Universidad en la Comunidad Autónoma de Andalucía. A lo largo de sus seis años de gestión fue capaz de liderar con brillantez y audacia la creación y consolidación de una nueva Universidad que goza actualmente de un importante reconocimiento en el panorama universitario español. La construcción de la Residencia Universitaria Flora Tristán, situada en el desfavorecido barrio de Las Letanías de Sevilla, constituye sin lugar a dudas una de las aportaciones más singulares y valientes de su gestión, haciendo realidad su permanente compromiso social con los más débiles.
La profesora Valpuesta Fernández, además, estuvo firmemente involucrada con la sociedad en la que le tocó vivir y a la que siempre quiso transformar desde su incesante labor crítica y reflexiva ejercida a lo largo de los años en los distintos órganos públicos de los que fue miembro, así como a través de los medios de comunicación, tanto escritos como orales, en los que participó activamente. En tal sentido, fue Vicepresidenta del Consejo Escolar de Andalucía, desde 1990 hasta 1995, Consejera del Consejo Consultivo de Andalucía desde 1994 hasta 1997, Consejera del Consejo Andaluz de Asuntos de Menores de la Consejería de Asuntos Sociales de la Junta de Andalucía desde el año 2002 y miembro de la Comisión Autonómica de Ética e Investigación, desde el 31 de octubre de 2003 hasta el momento de su fallecimiento. El trabajo y la aportación que hizo en todos estos órganos ha quedado como un recuerdo indeleble de su buen hacer jurídico y personal.
La ingente actividad y la brillante carrera de la profesora Rosario Valpuesta afortunadamente nunca pasó desapercibida. Al contrario, tuvo la fortuna de recibir a lo largo de su vida, en justo reconocimiento de sus esfuerzos y aportaciones, numerosos premios y distinciones, como la Distinción Honorífica Cruz Blanca al Mérito Civil de la Guardia Civil (2002), el nombramiento como Académica Correspondiente de la Real Academia de Ciencias, Bellas Artes y Buenas Letras “Luís Vélez de Guevara” (Écija, 18 de octubre de 2002), la Medalla de Honor de la Universidad Pablo de Olavide (2004), el Premio Sociedad en la Primera edición de los Premios Gabriela Sánchez Aranda (2009) y el prestigioso Premio Meridiana, otorgado por su defensa de la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres (2012).
Pero es más, el reconocimiento de sus méritos sobrepasó ampliamente el ámbito reducido de nuestras fronteras, tal y como lo demuestra el hecho de que a lo largo de su vida recibiera numerosas distinciones de diferentes universidades e instituciones de su querida América Latina, en la que tanto tiempo pasó enseñando y formando a la juventud ecuatoriana, brasileña, boliviana, peruana, paraguaya, etc. En tal sentido, fue nombrada Profesora Honoraria de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cuzco (Perú) y de la Universidad Andina Simón Bolívar (Quito, Ecuador), se le otorgó el Diploma de Honor por la Cámara Municipal de Curitiba (Brasil) en el año 2002 y, finalmente, se le concedió el Doctorado Honoris Causa por la Universidad Nacional de Catamarca, Argentina, el 28 de mayo de 2007.